File(s) not publicly available
Negociar los riesgos y responsabilidades durante el confinamiento: el razonamiento ético y experiencia afectiva en Aotearoa Nueva Zelanda
Durante los 49 días del cierre de emergencia por COVID-19 a niveles 4 y 3, los residentes de Aotearoa Nueva Zelanda estaban sujetos a regulaciones de ‘quedarse en casa’ que les restringían el contacto físico a los miembros de la misma ‘burbuja’ social. Este artículo examina las decisiones morales que hicieron y sus experiencias afectivas del confinamiento, sobre todo cuando se enfrentaban a responsabilidades rivales de cumplir con las regulaciones de la salud pública por un lado, pero también de cuidarse a ellos mismos o apoyar a la gente fuera de sus burbujas por otro. Nuestros encuestados participaban en una evaluación independiente de riesgos en la que sopesaban la mejor manera de mantener el ‘espíritu’ del cierre de emergencia, incluso cuando infringían las regulaciones del confinamiento; aun así, sus decisiones podrían conducir a desavenencias sociales. Algunos encuestados- como los que compartían pisos o con arreglos de cuidado infantil compartidos- relataron sentirse despojados de sus derechos a participar en la evaluación de riesgos y responsabilidad colectiva dentro de sus ‘burbujas’, mientras los trabajadores esenciales encontraron que las preocupaciones sobre su exposición al coronavirus en su lugar de trabajo podrían prevenirles de expandir sus burbujas en formas que les hubieran gustado. Por consiguiente, la incapacidad de cuidarse o cuidar a otros adecuadamente sale como un punto de desventaja crucial precisamente durante los periodos del cierre de emergencia. Se aportan algunas recomendaciones políticas con relación a las reglas del cierre de emergencia al final del artículo.